Hermosa Gaby, nuestros corazones están triste por tu partida, fuiste un ser extraordinario, tu deseo genuino era el servicio y de esto somos testigos. Su legado de tolerancia perdurará, ya que siempre veía a cada ser humano a través de los ojos de Jesús. Su fe en Cristo era evidente en cada una de sus acciones; nunca se quejaba y siempre demostraba amor a Dios y compromiso con su fe. Por fe sabemos estas en un bonito lugar.